Un encuentro

Es en la escuela de osteopatía que conozco a Pierre Tricot en 1994, al venir a presentar su abordaje de osteopatía tisular.
Este primer contacto me permite encontrar soluciones por fin «·palpables·» a mis dificultades de palpación. También descubro un modelo que se revela ser verdaderamente funcional y operativo al ponerlo en práctica, lo que progresivamente me lleva a concederle mi propia validación.

Regreso a España

Después de haberme instalado en España, muy pronto la vida me ofrece la posibilidad de experimentar la enseñanza, vía para la que no me sentía particularmente destinado.
Rápidamente me percato que me es imposible presentar cualquier tema que trate de osteopatía sin hablar de palpación.
Así que es lo más naturalmente del mundo que contacto a Pierre Tricot a fin de que venga a transmitir directamente el abordaje tisular.
De este modo emprendo mi actividad de traducción simultánea, y progresivamente la de algunos textos de Pierre Tricot.
Estas traducciones permiten que me sumerja en el universo tisular con el propósito de captar de la forma más precisa la esencia del concepto.
Progresivamente me convierto en el asistente de Pierre Tricot durante los cursos en Francia y en España donde vivo.

Docente en los países hispanohablantes

Desde el curso 2001-2002, presento regularmente el abordaje tisular en la Escuela del Concepto Osteopático (ECO) de Barcelona y Madrid.
A partir de 2006-2007, al no poder Pierre Tricot responder al interés creciente por el abordaje tisular, intervengo personalmente en Murcia, Buenos Aires y Río de Janeiro.

Una experiencia para compartir

Es esta experiencia hecha de interrogaciones, de replanteamientos algunas veces, de descubrimientos a menudo y de verificaciones que deseo compartir.
Es el fruto de una colaboración e intercambios sinceros que han dado lugar a nuestra amistad.
También es el resultado de una búsqueda personal que está todavía en marcha.
Así que mi motivación esencial es continuar transmitiendo esta enseñanza lo más justamente posible a fin de que pueda servir de fulcrum a las futuras generaciones.
Efectivamente, de nuestra estabilidad (no he dicho “fijación”) depende nuestra eficacia, y después de más de cien años, es ella la que garantiza la perennidad de la osteopatía de Still.